Ese de la foto soy yo, después de estar desnudo delante de un montón de personas

No es mi mejor foto, pero salgo haciendo una de las cosas que más me gustan: comer pizza mientras me bebo una copa de vino con la compañía de mi «media langosta».

AHORA TE CUENTO LO QUE PASÓ AQUEL EXTRAÑO DÍA DE JULIO, PERO ANTES...

¿De qué va esto de La web de tu vida?

Verás,

Durante mucho tiempo, estuve ofreciendo únicamente servicios de diseño web.

Llegaba un cliente, le hacía su web, él me pasaba los textos, y yo la ponía bonita.

Puede que te suene, porque es lo que hacen el 99% de agencias y de freelances.

Los clientes quedaban contentos con su nueva web, pero…

Simplemente se quedaba en eso: una web bonita, pero que no traía resultados a mis clientes.

Como una Miss Universo que no tiene nada más que ofrecer salvo una cara bonita.

Me di cuenta de que seguir por esa línea no era buen negocio, ni para mis clientes, ni para mí.

Por eso, una vez tenía controlada el área de diseño, empecé a formarme sobre cómo mejorar esas webs para ofrecer resultados a mis clientes:

Cómo crear mensajes persuasivos que conviertan a las visitas en leads, cómo convertir luego a los leads en clientes, y cómo llevar tráfico a la web constantemente para que la rueda no parara de girar.

Después de miles de euros invertidos, que me han permitido no solo ampliar mis conocimientos en áreas estratégicas,

sino conocer a excelentes profesionales de diferentes sectores cuyos cerebros y manos forman parte de mi equipo de colaboradores,

nació el servicio más completo para ayudar a mis clientes a conseguir una presencia online mucho más potente y eficaz.

Con el que no solo consiguen una web bonita (de hecho, que gane concursos de belleza es lo que menos nos preocupa), sino que consiguen una máquina de generar nuevos clientes y mayor autoridad.

De esto va La web de tu vida.

Porque cuando tienes una web que te ayuda a conseguir más reputación, más clientes, y más ceros en tu banco,

tu vida no es la misma de antes.

No me malinterpretes. Seguirás teniendo que hacer cola en el súper, aguantar a tu suegra, y llevar a los niños al cole.

Pero lo harás con una sonrisa en la cara sabiendo que tienes un comercial las 24 horas del día haciendo el trabajo por ti de conseguir nuevos clientes.

Y ahora lo de estar desnudo delante de un montón de personas

Fue en julio de 2021. Estábamos de vacaciones en la costa brava, en el momento de la foto hacía frío y acababa de caer una tromba de agua del copón.

Ese mismo día, por la mañana, hizo un sol que haría llorar de envidia al sol de los Teletubbies, y le propuse a Sonia ir a una cala que teníamos a 10 minutos andando.

Había visto fotos y era más bonita que la playa que teníamos más cerca.

Como ella se fía de mi (siempre) buen criterio, fuimos para allá.

Resultó que era una cala nudista.

Y, aunque también había gente con bañador, cuando llegamos, a primera hora, había más gente mostrando sus encantos que ocultándolos.

Sonia es muy pudorosa para estas cosas, así que esperaba que en cualquier momento me dijera que nos diéramos la vuelta nada más ver el percal. Pero misteriosamente, eso no ocurrió.

Buscamos un sitio recogidito sin gente alrededor, y ante la mirada incrédula de mi media langosta, me quité el bañador por primera vez en mi vida en una playa pública.

Ella, ni de coña.

Yo soy de los que se toma en serio el dicho «donde fueres, haz lo que vieres».

Total, tampoco había mucha gente.

Pero a medida que avanzaba la mañana, los menos madrugadores empezaron a llegar a modo de horda zombie, y se iban colocando donde había hueco.

Hasta que llegó un momento en el que estábamos rodeados de gente donde antes solo había arena.

No hubiera pasado nada si no fuera porque nadie, absolutamente nadie más a nuestro alrededor se quitó el bañador.

Por lo que, a media mañana, yo era el único gilipollas de la zona en pelota picada.

Para colmo, Sonia se había olvidado su toalla, así que tenía que compartir la mía con ella. Hecho que hacía más vergonzosa la situación y me dejaba menos espacio para maniobrar.

Sonia se descojonaba.

Yo me estaba empezando a sentir incómodo, pero había que apechugar con la decisión y lucir con orgullo mis encantos.

Y eso es lo que hice hasta que recogimos la ―única― toalla y nos fuimos.

Durante la cena de la foto, nos dio un ataque de risa recordando la escena de la mañana. Más concretamente, cuando le dije:

“Si decidiéramos tener un hijo ahora, saldría moreno”.

Es normal que no te haga gracia ahora. Es una de esas cosas que contadas pierde toda la magia, pero nos dolía la mandíbula de reír y la gente del restaurante nos miraba raro.

Después de esa cena, pasó una cosa que quizás te cuente otro día, pero hoy no, que se hace tarde.

¿Qué tiene que ver enseñarle la titola a todo el mundo con vender gracias a una web?

Una persona en pelotas entre un montón de gente que va vestida (o en bañador), atrae todas las miradas (ya no te digo si esa persona fuera Brad Pitt, que no es el caso, ni parecido).

Pasa lo mismo cuando, en un mercado donde todo el mundo hace lo mismo, alguien decide dar un puñetazo sobre la mesa y hacer las cosas de manera diferente.

Mi trabajo ―junto con mi equipo― consiste en buscar ese punto diferenciador y que atraiga todas las miradas hacia tu web, y por lo tanto, hacia tu negocio.

Aumentando así los clientes potenciales que se ven atraídos hacia él y, en consecuencia, las ventas.

Transformamos los «somos un equipo multidisciplinar de profesionales», «tenemos más años de experiencia que la luna» y los «graduados en 2 carreras y 4 masters» en mensajes que realmente capten la atención de tus potenciales clientes.

Tranquilo, no te pediremos que te quedes en bolas delante de todo el mundo para poder contarlo.

Pero buscaremos la mejor historia posible para hacer de tu web un lugar libre de clichés que ya no se traga nadie.

Si prefieres dejar tu web en manos de agencias que te dicen cosas como:

«necesitas una web para tener presencia online», «deja el diseño de tu web en buenas manos»,  o «tenemos un equipo de programadores expertos con más de 20 años de experiencia»,

está claro que mis servicios no son para ti.

Pero si lo de destacar frente a tu competencia y conseguir más clientes gracias a tu web es una prioridad para ti, te espero al otro lado del formulario.

Y no te recibiré desnudo.

8 potentes ideas para vender más y mejor con tu web

Cuando introduces tu correo en el formulario y haces clic en el botón, pasan dos cosas:

La primera, es que vas a recibir emails con información sobre qué ingredientes tienen en común las webs que están hechas con el noble y codiciado objetivo de conseguir más clientes en internet. Y luego, con esa información, tú decides si quieres que tu web los tenga todos, algunos, o ninguno y que te la haga un amigo de un amigo que se dedica a no sé qué de ordenadores.

Si conseguir más clientes gracias a tu web no es un tema que te interese, no dejes tu correo. Si te molesta que te envíen un email cada día, tampoco. Y si te enfada que te vendan servicios que pueden ayudarte a facturar más con tu negocio, tampoco, porque eso es lo que voy a hacer en cada email, después de explicarte cada una de las potentes ideas que encontrarás en cada uno de ellos.

Si, a pesar de cumplir alguno (o todos) de los puntos anteriores, decides dejar tu correo para ver si no es para tanto la molestia, y resulta que sí es para tanto, en cada email encontrarás un enlace para dejar de recibirlos. Clic y no sabrás nada más de mí. Yo ni me entero.

La segunda cosa que pasa al dejar tu correo es que aceptas la política de privacidad y, aunque procuramos hacer webs lo más estilosas y efectivas posibles, alguien que no tiene ni idea de internet ni de ordenadores nos obliga por ley a incluir esta molesta sección en todos los formularios de la web (sí, en la tuya también), junto con esta información:

El responsable de todo este tinglado y de los datos que me dejes soy yo, Sergio Gómez. La hoja de reclamaciones en caso de que no te gusten los emails que vas a recibir, me la puedes pedir a mí.

La finalidad con la que te pido tu correo es, por si no ha quedado claro en toda la página y en los párrafos anteriores, enviarte una serie de emails con potentes ideas para conseguir una web que te automatice las ventas, te haga destacar frente a la competencia, y haga que a tus potenciales clientes les entren unas ganas irrefrenables de comprarte o contratarte.

Para ello, necesito tu consentimiento. Y tu consentimiento viene dado al aceptar mi política de privacidad. Lo hagas con sentimiento o sin él.

Tu correo va a ser guardado en ActiveCampaign, que es el proveedor de email marketing que utilizo para poder enviarte los emails que vas a recibir. ¿Te importa a ti esto? Seguramente no, pero también me obligan a decírtelo.

Por último, si en algún momento te entra la paranoia de pensar que voy a vender tus datos a Putin, a Kim Jong-un, o peor aún, a Vodafone, debes saber que tienes derecho a acceder, rectificar, limitar y ​eliminar tus datos ​cuando quieras, escribiéndome al correo que puedes encontrar en la política de privacidad.

Nada más por ahora. Si todo lo que te he contado en este rollo legal te parece bien, solo te queda dejar tu correo para recibir esos potentes emails que te ayudarán a comprender, en primer lugar, cómo vender más gracias a tu web, y en segundo lugar, cómo se trabaja en La web de tu vida por si te interesa que trabajemos juntos en tu web.

Let’s go.

Esto es en lo que vamos a trabajar para conseguirlo

Diseño

El diseño de tu web no solo tiene que ser «bonito». Nos fijamos en lo que está haciendo la competencia para crear un diseño que se salga de la dinámica habitual y que convierta a tu web en ese «hombre desnudo» que destaca entre la multitud. Tampoco le metemos mil efectos, doscientos sliders, ni hacemos que baile La Macarena. Hacemos webs pensando en la experiencia de usuario, no en que se parezca a una atracción de feria.

Mensaje

No vas a vender con tu web si el mensaje que muestres en ella no conecta con tu público ni les hace ver qué tú, y no otro, eres la opción perfecta para ellos. Por eso, vamos a hacer una investigación exhaustiva para conocer tu mercado, a tus clientes, a tu competencia, y lo más importante: a ti, a tu negocio y lo que vendes. Solo así conseguiremos crear una web que te consiga más autoridad, más clientes, y que sea recordada.

Conversión

No nos gusta dejar nada al azar, ni dar puntada sin hilo. Todo lo que hagamos en tu web (y en tu negocio, en general) estará orientado a la conversión. Utilizamos nuestros conocimientos sobre la psicología humana y la tecnología a nuestro favor para que obtengas el máximo de resultados posible, consiguiendo que la inversión en tráfico sea más rentable, porque a mayores conversiones, menor es el coste por adquisición.

Tráfico

Solo cuando todos los demás puntos están bien hechos, es cuando podemos llevar tráfico a la web con la tranquilidad de que todo está bien engrasado para funcionar, y sabiendo que no vamos a estar tirando el dinero por la alcantarilla. Pero incluso en la compra de tráfico añadimos nuestro «toque especial» para que desde el primer impacto muestres autoridad y consigas más resultados con la misma inversión.

Conoce cómo lo hacemos realidad

Si quieres saber más sobre como te puedo ayudar a vender más gracias a tu web, solo tienes que dejar tu correo y recibirás 8 emails (uno cada día) en los que te explico de manera simple y para humanos cómo hacer una web que consiga llamar la atención de tus potenciales clientes, y les haga ver que tú, y no tu competencia, eres la mejor opción para solucionar sus problemas o necesidades.

O dicho de otra manera, una web que te consiga más clientes, más ventas y más autoridad.

En «8 potentes ideas para vender más y mejor con tu web», vas a ver cosas como:

Ignora todo esto a la hora de contratar tu nueva web, y maldecirás cada céntimo gastado en tu nuevo «pisapapeles» online.

Para ver si esto puede ser buena inversión:

8 potentes ideas para vender más y mejor con tu web

Cuando introduces tu correo en el formulario y haces clic en el botón, pasan dos cosas:

La primera, es que vas a recibir emails con información sobre qué ingredientes tienen en común las webs que están hechas con el noble y codiciado objetivo de conseguir más clientes en internet. Y luego, con esa información, tú decides si quieres que tu web los tenga todos, algunos, o ninguno y que te la haga un amigo de un amigo que se dedica a no sé qué de ordenadores.

Si conseguir más clientes gracias a tu web no es un tema que te interese, no dejes tu correo. Si te molesta que te envíen un email cada día, tampoco. Y si te enfada que te vendan servicios que pueden ayudarte a facturar más con tu negocio, tampoco, porque eso es lo que voy a hacer en cada email, después de explicarte cada una de las potentes ideas que encontrarás en cada uno de ellos.

Si, a pesar de cumplir alguno (o todos) de los puntos anteriores, decides dejar tu correo para ver si no es para tanto la molestia, y resulta que sí es para tanto, en cada email encontrarás un enlace para dejar de recibirlos. Clic y no sabrás nada más de mí. Yo ni me entero.

La segunda cosa que pasa al dejar tu correo es que aceptas la política de privacidad y, aunque procuramos hacer webs lo más estilosas y efectivas posibles, alguien que no tiene ni idea de internet ni de ordenadores nos obliga por ley a incluir esta molesta sección en todos los formularios de la web (sí, en la tuya también), junto con esta información:

El responsable de todo este tinglado y de los datos que me dejes soy yo, Sergio Gómez. La hoja de reclamaciones en caso de que no te gusten los emails que vas a recibir, me la puedes pedir a mí.

La finalidad con la que te pido tu correo es, por si no ha quedado claro en toda la página y en los párrafos anteriores, enviarte una serie de emails con potentes ideas para conseguir una web que te automatice las ventas, te haga destacar frente a la competencia, y haga que a tus potenciales clientes les entren unas ganas irrefrenables de comprarte o contratarte.

Para ello, necesito tu consentimiento. Y tu consentimiento viene dado al aceptar mi política de privacidad. Lo hagas con sentimiento o sin él.

Tu correo va a ser guardado en ActiveCampaign, que es el proveedor de email marketing que utilizo para poder enviarte los emails que vas a recibir. ¿Te importa a ti esto? Seguramente no, pero también me obligan a decírtelo.

Por último, si en algún momento te entra la paranoia de pensar que voy a vender tus datos a Putin, a Kim Jong-un, o peor aún, a Vodafone, debes saber que tienes derecho a acceder, rectificar, limitar y ​eliminar tus datos ​cuando quieras, escribiéndome al correo que puedes encontrar en la política de privacidad.

Nada más por ahora. Si todo lo que te he contado en este rollo legal te parece bien, solo te queda dejar tu correo para recibir esos potentes emails que te ayudarán a comprender, en primer lugar, cómo vender más gracias a tu web, y en segundo lugar, cómo se trabaja en La web de tu vida por si te interesa que trabajemos juntos en tu web.

Let’s go.